Ya hemos hablado bastante -dijo don Juan en tono abrupto, y se volvió hacia mí-. Antes de irte debes hacer una última cosa, la más importante de todas. Ahora mismo voy a decirte algo para que sepas por qué estás aquí y te tranquilices. La razón de que sigas viniendo a verme es muy sencilla; todas las veces que me has visto, tu cuerpo ha aprendido ciertas cosas, aun sin tú quererlo. Y finalmente ahora tu cuerpo necesita regresar conmigo para aprender más. Digamos que tu cuerpo sabe que va a morir, aunque tú jamás piensas en eso. Así pues, he estado diciéndole a tu cuerpo que yo también voy a morir y que antes de eso me gustaría enseñarle ciertas cosas, cosas que tú mismo no puedes darle. Por ejemplo, tu cuerpo necesita sustos. Le gustan. Tu cuerpo necesita la oscuridad y el viento. Tu cuerpo ya conoce la marcha de poder y arde en deseos de probarlo. Tu cuerpo necesita poder personal y arde en deseos de tenerlo. Digamos, pues, que tu cuerpo regresa a verme porque soy amigo suyo.
Carlos Castaneda, Viaje a Ixtlán. Las lecciones de don Juan, traducción de Juan Tovar, Fondo de Cultura Económica, México/Madrid, 1975, pp.250-251.
Carlos Castaneda, Viaje a Ixtlán. Las lecciones de don Juan, traducción de Juan Tovar, Fondo de Cultura Económica, México/Madrid, 1975, pp.250-251.
Journey to Ixtlan. The lessons of don Juan, 1972.
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