TRAS LOS CHINOS
Al amanecer, un viento del Norte ha zarandeado
la nieve de las ramas de los abetos. Ningún disfraz
dura demasiado. ¿Pensabas que no había vientos
debajo de tierra? Mi caballo tártaro prefiere
el viento del Norte. ¿Pensabas
que la muerte y un poco de tiempo me detendrían?
¿Acaso no me elegiste por mi condición
obstinada, por los ojos verdes que ahuyentaban
a los timadores y engañabobos de nuestra puerta?
He abierto un pequeño sendero, un círculo ovoide
alrededor de tu tumba, para mantener el calor
mientras te hablo. Soy la única
en el cementerio. Elegiste bien. Nadie
es tan obstinada como yo, y mi caballo tártaro
prefiere el viento del Norte.
AFTER THE CHINESE
By daybreak a north wind has shaken
the snow from the fir boughs. No disguise
lasts longs. Did you think there were no winds
under the earth? MyTartar horse prefers
a north wind. Did you think
a little time and death would stop me?
Didn’t you choose me for the stubborn
set of my head, for green eyes that dared
the cheat and the haggler from our door?
I’ve worn a little path, an egg-shaped circle
around your grave keeping warm
while I talk to you. I’m the only one
in the graveyard. You choose well. No one
is as stubborn as me, and my Tartar horse
prefers a north wind.
Tess Gallagher, Moon crossing river, 1992; traducción de Eduador Moga para Bartleby Editores, Madrid, 2006.
jueves, 25 de febrero de 2010
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