Si en los jardines que habita
me impiden ver a mi dueño,
en los jardines del sueño
nos daremos una cita.
Ibn Darray al-Qastalli (958-1030)
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jueves, 25 de febrero de 2010
43.
AL CABO
Al cabo, son muy pocas las palabras
que de verdad nos duelen, y muy pocas
las que consiguen alegrar el alma.
Y son también muy pocas las personas
que mueven nuestro corazón, y menos
aún las que lo mueven mucho tiempo.
Al cabo, son poquísimas las cosas
que de verdad importan en la vida:
poder querer a alguien, que nos quieran
y no morir después que nuestros hijos.
Amalia Bautista (Madrid, 1962)
Al cabo, son muy pocas las palabras
que de verdad nos duelen, y muy pocas
las que consiguen alegrar el alma.
Y son también muy pocas las personas
que mueven nuestro corazón, y menos
aún las que lo mueven mucho tiempo.
Al cabo, son poquísimas las cosas
que de verdad importan en la vida:
poder querer a alguien, que nos quieran
y no morir después que nuestros hijos.
Amalia Bautista (Madrid, 1962)
31.
Envíame una hoja, pero de algún arbusto
que crezca, de tu casa,
a una buena media hora por lo menos, porque así
tendrás que caminar y te pondrás
fuerte
y yo agradeceré la linda hoja.
Bertolt Brecht (Augsburgo, 1898-Berlín, 1956)
que crezca, de tu casa,
a una buena media hora por lo menos, porque así
tendrás que caminar y te pondrás
fuerte
y yo agradeceré la linda hoja.
Bertolt Brecht (Augsburgo, 1898-Berlín, 1956)
30.
EL SALUDO
Por mi fe, muchas veces me pregunto
qué hacíamos tú y yo antes de querernos.
¿Como niños aún no destetados
seguíamos chupando domésticos placeres?
¿Roncábamos tal vez en la caverna
de los Siete Durmientes? Así era.
Aquel u otro placer sólo fue sueño,
y si yo alguna vez vi una belleza
que deseé y obtuve, no era nada
sino un sueño de ti.
Y ahora, ¡buenos días!
al doble despertar de nuestras almas,
que de nervios no aciertan a mirarse.
Porque el amor gobierna
todo el amor oculto de las cosas,
y hace de un todas partes, poco espacio.
Bien está que se fueran a buscar nuevos mundos
tantos descubridores, y que muestren los mapas
un mundo y otro mundo,
y el que somos cada uno de nosotros.
En tus ojos mi rostro,
en los míos el tuyo se retrata,
y los rostros reflejan
dos corazones sanos y leales.
¿En dónde encontraríamos mejores hemisferios,
sin crudo norte ni poniente en mengua?
Sólo mueren las mezclas desiguales:
si nuestros dos amores son uno, o tan idénticos
que ni el tuyo ni el mío cede al otro,
ninguno de los dos puede morir.
John Donne (1572-1631)
Traducción de Blanca y Maurice Molho con retoques catetos.
Por mi fe, muchas veces me pregunto
qué hacíamos tú y yo antes de querernos.
¿Como niños aún no destetados
seguíamos chupando domésticos placeres?
¿Roncábamos tal vez en la caverna
de los Siete Durmientes? Así era.
Aquel u otro placer sólo fue sueño,
y si yo alguna vez vi una belleza
que deseé y obtuve, no era nada
sino un sueño de ti.
Y ahora, ¡buenos días!
al doble despertar de nuestras almas,
que de nervios no aciertan a mirarse.
Porque el amor gobierna
todo el amor oculto de las cosas,
y hace de un todas partes, poco espacio.
Bien está que se fueran a buscar nuevos mundos
tantos descubridores, y que muestren los mapas
un mundo y otro mundo,
y el que somos cada uno de nosotros.
En tus ojos mi rostro,
en los míos el tuyo se retrata,
y los rostros reflejan
dos corazones sanos y leales.
¿En dónde encontraríamos mejores hemisferios,
sin crudo norte ni poniente en mengua?
Sólo mueren las mezclas desiguales:
si nuestros dos amores son uno, o tan idénticos
que ni el tuyo ni el mío cede al otro,
ninguno de los dos puede morir.
John Donne (1572-1631)
Traducción de Blanca y Maurice Molho con retoques catetos.
21.
REMAR, CONVERSACIONES
Es el atardecer. Deslizándose pasan
dos piraguas, dentro
dos jóvenes desnudos. Remando juntos
hablan. Hablando
reman el uno junto al otro.
Bertolt Brecht, Elegías de Buckow
Es el atardecer. Deslizándose pasan
dos piraguas, dentro
dos jóvenes desnudos. Remando juntos
hablan. Hablando
reman el uno junto al otro.
Bertolt Brecht, Elegías de Buckow
19.
GASTOS FIJOS
Estuve haciendo cuentas
pues no sé hacer milagros
ni esas cosas que dicen
sabemos las mujeres.
Y ahora que estás lejos me pregunto
si acaso vivir sola
no me cuesta más caro.
Ángeles Mora, ¿Las mujeres son mágicas?, 4 Estaciones, Delegación de Publicaciones del Ayuntamiento de Lucena, Córdoba, 2001.
Estuve haciendo cuentas
pues no sé hacer milagros
ni esas cosas que dicen
sabemos las mujeres.
Y ahora que estás lejos me pregunto
si acaso vivir sola
no me cuesta más caro.
Ángeles Mora, ¿Las mujeres son mágicas?, 4 Estaciones, Delegación de Publicaciones del Ayuntamiento de Lucena, Córdoba, 2001.
12.
DONES DE LA MEMORIA
De verdad yo quisiera verme muerta.
Ella me abandonaba entre sollozos
y ante mí repetía sin cesar:
-¡Ay de mí, qué cruelmente sufrimos! Mas no dudes
que te abandono, Safo, sin quererlo.
Y yo le respondía de este modo;
-Márchate alegre y tenme en tu memoria
porque bien sabes cómo te mimábamos.
Mas si no yo quisiera
traerte los recuerdos
de aquellas experiencias hermosas que vivimos:
pues con muchas coronas de violetas
y de rosas y flores de azafrán
te ceñiste, a mi lado,
y abundantes guirnaldas enlazadas
alrededor del cuello delicado
pusiste, hechas de flores,
y con esencia
floral
te ungiste, y con bálsamos de reyes,
y sobre blandos lechos
delicada
saciabas el deseo,
y no había ni recinto ni santuario ninguno
del que nos mantuviéramos ausentes.
Safo (Mitilene, finales del siglo VII a.C.) Traducción de Aurora Luque leve y respetuosamente retocada por una servidora.
De verdad yo quisiera verme muerta.
Ella me abandonaba entre sollozos
y ante mí repetía sin cesar:
-¡Ay de mí, qué cruelmente sufrimos! Mas no dudes
que te abandono, Safo, sin quererlo.
Y yo le respondía de este modo;
-Márchate alegre y tenme en tu memoria
porque bien sabes cómo te mimábamos.
Mas si no yo quisiera
traerte los recuerdos
de aquellas experiencias hermosas que vivimos:
pues con muchas coronas de violetas
y de rosas y flores de azafrán
te ceñiste, a mi lado,
y abundantes guirnaldas enlazadas
alrededor del cuello delicado
pusiste, hechas de flores,
y con esencia
floral
te ungiste, y con bálsamos de reyes,
y sobre blandos lechos
delicada
saciabas el deseo,
y no había ni recinto ni santuario ninguno
del que nos mantuviéramos ausentes.
Safo (Mitilene, finales del siglo VII a.C.) Traducción de Aurora Luque leve y respetuosamente retocada por una servidora.
6.
Hase movido, dama, una pasión
entre Venus, Amor y la Natura
sobre vuestra hermosísima figura,
en la cual todos tres tienen razón.
Buscan quien les absuelva esta quistión
con viva diligencia y suma cura,
y es tan alta, tan honda y tan oscura
que no hay quien dalle pueda solución.
Ponen estas querellas contra vos:
Venus, que le usurpáis el sacrificio;
Amor, que no lo conocéis por dios;
Natura dice, y jura por su oficio,
que de vuestra impresión nunca hizo dos
y que ingrata le sois del beneficio.
Francisco de Aldana (1537, probablemente en Nápoles-1578, batalla de Alcazarquivir)
entre Venus, Amor y la Natura
sobre vuestra hermosísima figura,
en la cual todos tres tienen razón.
Buscan quien les absuelva esta quistión
con viva diligencia y suma cura,
y es tan alta, tan honda y tan oscura
que no hay quien dalle pueda solución.
Ponen estas querellas contra vos:
Venus, que le usurpáis el sacrificio;
Amor, que no lo conocéis por dios;
Natura dice, y jura por su oficio,
que de vuestra impresión nunca hizo dos
y que ingrata le sois del beneficio.
Francisco de Aldana (1537, probablemente en Nápoles-1578, batalla de Alcazarquivir)
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