martes, 26 de abril de 2011

53.

ASUNCIÓN DE LA POESÍA

Yo me nazco, yo misma me levanto,

organizo mi forma y determino

mi cantidad, mi número divino,

mi régimen de paz, mi azar de llanto.

Establezco mi origen y termino

porque sí, para nunca, por lo tanto.

Soy lo que se me ocurre cuando canto.

No tengo ganas de tener destino.

Mi corazón estoy elaborando:

ordeno sufrimiento a su medida,

educo al odio y al amor lo mando.

Me autorizo a morir sólo de vida.

Me olvidarán sin duda, pero cuando

mi enterrado capricho lo decida.



María Elena Walsh, de su libro Hecho a mano (1965).

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